miércoles, 27 de marzo de 2013

Paloma Goñi me entrevista.

Paloma es una periodista de Málaga y tiene un blog fantástico con mucha información de todo tipo: Aires de Cambio

Aquí os dejo la entrevista:

Yvonne Laborda es la madre de tres niños a los que educa en casa, en familia. Defiende el aprendizaje autónomo del niño y es partidaria del ‘unschooling’, es decir, del aprendizaje no dirigido. Vive en la provincia de Lleida y escribe sobre educación en familia y sobre otros muchos temas en su blog ‘We live learning‘.

-¿Qué significa para ti ‘unschooling’?

‘Unschooling’ es un término que utilizamos internacionalmente porque es el nombre que le dio John Holt al aprendizaje que no se asemeja al aprendizaje formal de la escuela. En nuestra casa defendemos el aprendizaje autónomo del niño, lo que le sale de forma intrínseca. A partir de esos intereses vamos introduciendo todo lo demás, pero no forzamos la parte académica, no decidimos qué día ni cuándo hay que empezar a dar una materia. Empezaron a preguntar por las letras y entonces les explicamos para qué sirven. No le damos primero las herramientas y luego les explicamos para qué sirven, que es la forma tradicional, sino que lo hacemos al revés. Esperamos que el niño quiera hacer algo, que tenga la curiosidad.

-¿Es este tipo de educación más fácil cuando el niño es más pequeño?

Bueno, depende. En mi caso, mi hija mayor tiene 8 años, así que estaríamos en la franja de los pequeños, porque mis hijos tiene 4, 6 y 8 años. Pero, por ejemplo, lo que es leer y escribir, que son de las cosas más difíciles neurológicamente hablando, si el niño ve que puede aprender a leer y escribir casi solo… Eso ya le da la confianza suficiente tanto al padre como a la madre y al niño para ver que todo lo demás ya viene. Explicarle lo que es una raíz cuadrada porque sí, sin que tengan ningún tipo de interés… me escuchará, lo hará, pero en el fondo no lo va a retener. ¿Qué sentido tiene saber algo que no necesitas? A medida que van teniendo esos intereses se van dando cuenta que una cosa se va solapando con la otra. Mucha gente me dice: “Habrá que enseñarle esto porque dentro de cinco años le hará falta”. Nosotros no somos muy partidarios en nuestra casa de hacerlo así, porque quién sabe lo que va a necesitar dentro de cinco años.

-¿Cómo decidisteis que esta era la educación que queríais para vuestros hijos?

Todo fue poco a poco. Yo no lo tuve claro desde el principio. Tuve a mi primera hija, me pedí seis meses en el trabajo, luego pedí un año y me quedé embarazada de mi segundo hijo y me pedí otro año. Mi primera hija ya tenía un año y medio, pero no la llevé a la guardería porque podía cuidarla en casa, así que pensé en esperar hasta que tuviera 3 años. Cuando tenía dos años y pico, me leí mi primer libro de educación alternativa, de Rebeca y Mauricio Wild, de la pedagogía Pestalozzi. Hizo algo dentro de mí, le empecé a dar vueltas y le planteé a mi pareja el no llevar a los niños al colegio. Él no había ido al colegio hasta los 6 años, así que… A partir de ahí nos fuimos informando, conocí a otras familias, empecé a leer sobre John Holt y ya tuvimos muy claro que no los queríamos escolarizar. Ahora incluso nos iríamos del país si fuera necesario. En España hay un vacío legal, no está prohibido, pero tampoco regulado, estamos en un limbo legal. Así que si hubiese problemas y nos obligaran a escolarizar, nos iríamos a otro país. Para nosotros es una filosofía de vida, toda nuestra vida gira entorno a esto.

-Se habla mucho del aprendizaje de los niños ‘unschoolers’, pero también es un gran aprendizaje para los padres…

Para nosotros, la desescolarización a nivel mental es muy importante. Tanto mi compañero como yo, como nuestro entorno, todo el mundo se ha educado en la escuela. Nosotros llevamos casi impregnado en nuestro ADN que no se aprende a no ser que sea en una institución que se llama colegio y con un profesor. Desescolarizarte de todo esto es una pasada. Hasta los 14-15 años fui muy mala estudiante, tuve una infancia complicada. Así que yo estudié de mayor, soy muy autodidacta. Pensé que si el adulto aprende así, aprendes porque te gusta algo, pues los niños también. La escuela tiene 100-150 años, siempre hemos aprendido los unos de los otros. Nosotros no separamos lo que aprendemos de lo que vivimos. Nuestros intereses se solapan. A mi hijo le interesan ahora los dinosaurios y yo estoy aprendiendo muchísimo de los dinosaurios, cosas de las que no tenía ni idea. No te puedes ni imaginar lo que disfruto. Para ser ‘homeschooler’ o ‘unschooler’, los primeros que lo tiene que ser son los papás. Una mamá que no tenga curiosidad, que no le gusta leer, que no le gusta aprender, que no le gusta preguntar e investigar, es muy difícil que puedan tomar esta decisión. A veces me dicen: “¿Y estos papás pasotas que no quieren explicar, que no son curiosos?”. Y yo les pregunto: “¿Un papá así realmente se plantearía educar en casa?”

-Tenéis encuentros regulares con otras familias afines. ¿Es para que los niños se relacionen con otros niños?

Lo hacemos un poco por la socialización, pero no solo para ellos, sino para toda la familia. Nuestros hijos socializan aun sin estos grupos, van a algunas actividades como arte o hockey y allí ven a niños que van a la escuela, pero queremos que vean que no son los únicos que se educan en casa, por eso nos gusta mucho ir a estos encuentros. A los papás y a las mamás también nos va muy bien porque podemos compartir inquietudes.

-¿Cómo encontrar a otras familias que eduquen en casa?

En España hay dos asociaciones, una a nivel estatal que se llama ALE y si te asocias puedes ver qué familias hay en tu zona. En Cataluña está la coordinadora catalana. Hay reuniones fijas. El primer viernes de cada mes es en un parque de Barcelona, luego cada viernes hay otra en Manresa y los martes y los jueves cerca de Tarragona. En nuestra zona de Lleida hay pocas, solo unas 3 o 4 familias, pero en la zona de Barcelona, Manresa y Tarragona hay más y entonces nos tenemos que mover un poco en coche. Todo esto tiene un proceso y va surgiendo conforme los niños lo van necesitando. Cuando tienen 3 o 4 años no necesitan socializar tanto, pero a medida que van creciendo su dinámica es más de juego compartido, en equipo…

-¿Te preocupa que no puedan acceder a los títulos, que quieran hacer algo que no puedan por falta de titulación?

A mí personalmente no me preocupa mucho por varios motivos. Yo estudié bastante por mi cuenta, estuve viviendo fuera y no tengo titulación universitaria. Soy un ejemplo de una persona que se ha podido ganar la vida bien mientras trabajaba, sin tener títulos universitarios. Aún así, tampoco es tan difícil. Si ellos se quisieran sacar la ESO, hay un examen por libre y lo podrían hacer. Podrían hacer bachillerato y acceder a la universidad. En nuestro caso, yo les hablo en inglés a los niños. Así que también está la posibilidad de la Open University, en la que a partir de los 16 años uno puede hacer un acceso totalmente libre a cualquiera de las carreras.

-Es interesante, porque estos niños están acostumbrados a que si quieren hacer algo, lo pueden hacer.

Claro. Ellos no aprenden que aprender es aburrido y obligado, sino que es como un premio. Parece raro decir algo así porque muchos niños al salir del colegio sueltan los libros y no quieren saber nada más. Mis hijos a las tantas de la noche siguen aprendiendo. También es verdad que igual se levantan a las 8 y hasta las 11 solo juegan. Porque su cuerpo por la mañana lo tienen tan activo que quieren jugar.

-Está muy arraigada la idea de que los niños pequeños son esponjas y que por eso hay que aprovechar los primeros años para que aprendan más y más cosas. ¿Se nos está olvidando su desarrollo físico y emocional?

Pensamos que la inteligencia solo es la cognitiva, pero inteligencias hay muchísimas. Hay niños que aprenden mucho haciendo, vivencialmente. Hacen un experimento, visualizan e interiorizan. Sin embargo, otros son menos de hacer, más de que les lean y les expliquen, por ejemplo. Esto de como esponjas también hay que vigilarlo, porque a veces los agotamos. Si nos aprovechamos de ese poder que nos ha dado la naturaleza de aprender por absorción, si introducimos muchísimo, luego llegan a edades que a lo mejor se colapsan, se aburren, ya no quieren.

-Tú por ejemplo tienes 3 hijos y cada uno aprenderá a su manera…

Sí. Por ejemplo, el niño es súper movido. A veces bromeando pensamos que si fuera al colegio estaría ya diagnosticado y con un montón de etiquetas… Él no se puede concentrar quieto, es muy curioso, se concentra en movimiento.

-Cada vez en los colegios se aprende a leer antes. Antes era a los 6 años, pero ahora se empieza prácticamente a los 3 años. ¿Por qué tanta prisa?

Si miras en los países nórdicos, en Finlandia hasta los 7 años los niños no van a la escuela, no se les enseñan las letras antes. Aprenden a leer a los 8 años, pero tienen los índices de lectura juvenil más altos del mundo. ¿Por qué? Porque hasta entonces han jugado, que es lo que toca. El niño, hasta los 6, 7 u 8 años, está en su etapa sensoriomotriz, que todo lo absorbe del ambiente, imitando, jugando, moviéndose. Si en esa etapa lo hacemos estar quietecito, memorizando, las letras y tal… pues si que hay algún niño que con 4 o 5 tienen un interés brutal por leer, pero muchos otros no.

-¿Cómo lleva la familia que eduquéis en casa? ¿Lo comprenden?

En mi caso lo tengo bastante bien. Un lado de la familia lo acepta mucho y la otra parte sabemos que no están del todo de acuerdo, que ellos no lo harían, pero no comentan. Yo creo que necesitan más tiempo. Pruebas. Ahora que mi hija mayor está haciendo el blog, se lo quiero enviar. También ven que los niños son súper sociables, que hablan con cualquiera, con un niño de 8 años o un hombre de 80, que para ellos no hay jerarquías, que son extrovertidos, que se separan de nosotros con mucha facilidad… La gente ya va viendo cosas y vas viendo que su actitud va cambiando. Porque claro, ellos realmente están preocupados por los críos. Es un poco ignorancia, porque ellos no se han informado y tú tampoco les informas mucho porque ves que no tienen mucho interés. Están preocupados porque piensan que a los críos realmente les va a ir mal. Pero cuando ven que son felices, que son libres, que realmente están aprendiendo igual o más, que encima son sociables… pues se dan cuenta de que somos gente normal y corriente y que simplemente aprendemos de otro modo. Porque hay otros modos de aprender, no sólo el colegio. La escuela hace falta, es una necesidad social tal y como está montado todo hoy en día. Y bien que exista. Lo único es que hay algunas familias que lo quieren hacer de otra manera. ¿Qué sentido tiene que todos aprendan lo mismo a la vez cuando realmente no todos tenemos las mismas necesidades a la vez? A mí cuando me preguntan que por qué no llevo a mis hijos a la escuela, mi respuesta es: “¿Y tú por qué los llevas?” Me suelen responder que es para que aprendan, que es porque hay que hacerlo. Y les digo que no, que no hay que hacerlo, que yo no lo hago. Los que no los llevamos a la escuela nos lo hemos pensado mucho.
 


6 comentarios:

  1. Querida amiga, tus escritos son siempre tan ejemplificadores y realmente tan claros. Me siento tremendamente identificada con tu manera de pensar, incluso tenemos una manera de ser muy parecida!!!
    Inquietas y curiosas hasta lo imposible jajaja.
    Te felicito por el artículo y ya mismo lo recomendamos en nuestra página. Un gran gran carino
    Silvana del grupo aprendolibremente

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    1. Me ha gustado mucho lo de inquietas y curiosas hasta lo imposible...!

      Un beso muy grande para ti también. Làstima que estemos tan lejos.

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  2. Ivonne, ayer descubrí vuestro blog...no sabes cuánto me está ayudando leerte. Me gustaría tener más cercanía física con todos vosotros pero de momento me conformo con las andaduras virtuales que no están nada mal!. Un abrazo y gracias por el trabajo que hacéis.

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    1. Lorena, encantada de conocerte. He ojeado tu blog. Haces cositas muy bonitas... Luego se las enseñaré a mis hijos y seguro que querran hacer algo parecido.

      Un abrazo.

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  3. Hola Yvonne,
    Como Lorena yo también descubrí ayer tu blog (y el de tu hija Ainara ;)) y estoy encantada! Una pena de.verdad vivir tan lejos (Canarias) y no poder compartir una tarde con toda tu familia!

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    1. Encantada de conocerte, Laura. La verdad es que con internet las distancias no son tanto...
      Estamos en contacto.
      Un saludo.

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