jueves, 22 de marzo de 2012

Malos momentos.






Hay momentos que tengo la sensación de que no "me he portado nada bien". Estoy todo el día con mis pequeños (o no tan pequeños ya), pero con esa sensación al final del día de que no he podido (o quizás querido) estar el tiempo suficiente con ninguno de los 3. Urtzi quiere salir en bici hasta el pueblo de al lado, Ainara quiere quedarse en casa pintando, haciendo barro, viendo una peli... y Naikari se muere por ir a la piscina. Scorro! ¿Qué hago? Pues nada, que lo hablen entre ellos y se pongan de acuerdo, ¿no?. Pues, no! Esta vez no hay forma de llegar a ningún acuerdo. Están todos gritando y/o llorando y yo no tengo fuerzas para nada. Los polvos mágicos de los que suelo echar mano no están ahora. Ni Naomi Aldort ni puñetas... Me siento con cara de póquer cerca de ellos y les miro. "¿Qué te pasa mamá?" me pregunta Ainara. "Ya no puedo más" le digo en un tono subido y agudo. " Sino os ponéis de acuerdo no podemos ir a ningún sitio". Ups! Una amenaza sutil pero no deja de ser una amenaza. Vaya, vaya... aún tengo que trabajar eso. Podía haber dicho: "Cuando hayáis tomado una decisión me avisáis". Mejor, ¿verdad? Y entonces me voy a la cocina a esconderme delante de los fogones, o la fregadera, o delante del ordenador (lo reconozco debería estar apagado), en fin, me pongo a hacer algo yo sola y "paso" de ellos. En ese preciso instante es cuando me viene todo: que no debo decir lo primero que me pasa por la cabeza, que aún son pequeños para tomar decisiones y/o respetar la de los demás, que igual estoy utilizando sus comportamientos inconscientemente como excusa para irme y hacer lo que yo quiero... Entonces es cuando lo quiero borrar todo y rebobinar pero, evidentemente, no puedo.


 
 
 
Suerte que tengo la mejor de las herramientas para estos momentos: el Amor. Les quiero tanto! Una vez ya más relajada me acerco y les digo que lo siento. Les explico que estoy algo saturada. Que quizás hubiera necesitado dormir más, que me gustaría tener más tiempo para mi, que me molesta mucho que griten y se pongan a llorar... Hay momentos que los beso uno a uno, en otras ocasiones les digo que les quiero hasta la luna y volver no sé que montón de veces, otros días les digo que me ayuden a ser la mamá que ellos quisieran que fuera. Entonces todos empiezan a decir cosas: "que no grites, que no te vayas a la cocina, que estés más por nosotros, que no escribas en el ordenador..." me encanta esta seguridad que tienen de poder decirme lo que no les gusta de mi. Es que son mis mejores maestros. Ellos son mi espejo. Cuando algo va mal casi siempre soy yo la que esta mal primero y de rebote ellos al sentir ese estado de ánimo, notar esa emoción, ver esas ganas de escaquearme... actúan de modo que yo pueda ver que algo en mi no marcha. Esos momentos son los que me ponen a prueba: A ver, Yvonne, me digo a mi misma: ahora es la oportunidad de ser la mamá que siempre dices querer ser. Cuando todo va bien es muy fácil ser "buena" madre". En los "malos"  momentos es cuando se ve realmente quién somos. Y si os soy sincera a veces no soy la que quisiera ser. Pero también os puedo decir que gracias a esos momentos "malos" me conozco más a mi misma y tengo la oportunidad de ir acercándome más a la mamá, esposa y mujer que deseo ser.


Vaya! me he quedado a gusto. Va bien soltar de vez en cuando, ¿verdad?.





¿Os cuento un secreto? Sí. Pues allá va: Lo primero y más importante debería ser la relación con nuestros hijos y luego deberíamos ir encajando/poniendo todo lo demás. Cuando se me olvida esto, vuelvo lo antes posible aunque a veces llego un poco tarde. Si algo he aprendido de estos malos momentos es que no los quiero y que me hacen sentir muy, pero que muy triste. Poco a poco voy aceptando que las personas no podemos hacerlo todo bien siempre. Nuestros hijos también sacan algo positivo de los malos momentos y de nuestras equivocaciones. Ellos ven que cometemos errores pero que luego los queremos corregir y sino son corregibles, pues, nos disculpamos y les demostramos lo mucho que les queremos. Y lo más importante decirles y demostrarles que hemos sido nosotros los que hemos actuado mal. Que en ese momento no teníamos las herramientas adecuadas. Nunca dejarles con la sensación de que ha sido culpa de ellos. Somos nosotros los que actuamos y/o reaccionamos de un modo u otro. Podemos escoger cómo actuar. Si hemos actuado mal, nadie tiene la culpa más que nosotros mismos. Eso de: "es que me sacan de quicio, me provocan...". Eso ya no vale. Quizás de pequeños nos hicieron sentir culpables cada vez que papá o mamá perdían el control. Pero nosotros no vamos a repetir ese error, ¿verdad?.  La forma en que actuamos con ellos y el modo en que los tratamos es lo que les va a enseñar a ellos cómo ser de mayores. ¿Qué es lo que queremos que piensen de nosotros en un futuro?


Una cosa os puedo asegurar. En nuestra casa no hay malos días sino sólo malos momentos que se intentan mejorar momento a momento.


 

9 comentarios:

  1. Qué sincera reflexión, Yvonne! Me sentí muy identificada contigo hasta en los pensamientos donde sale la imagen de Naomi Aldort!! jajaja... gracias por recordarme que no hay a quien echarle la culpa de mis actitudes y acciones a nadie, en especial, a esos pequeños seres que amo tanto. Te mando un abrazo!

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  2. Todos somos humanos y no hay ningún humano perfecto jejeje, solo podemos intentar a serlo sabiendo que nunca lo seremos, pero vale la pena intentarlo ;).
    Gracias por compartir Yvonne!

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    1. Ahh, me encanta, y como tú también tengo malos momentos por que al exceso de energía de los niños se suma el cansancio por falta de sueño y eso provoca que salgan esos viejos hábitos en uno pero como tu dices teniendo bien en mente lo que se quiere es más fácil evitarlos y aprender de ellos.

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  3. Priss, Marvan, Ivett, gracias por vuestros comentarios. Da gusto poder compartir con todas vosotras.

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  4. Volia escriure "ànims", però sé que tu a pesar d'aquest escrit, sempre estàs animada. És realment admirable tot el que fas per la teva família, i és realment admirable com tractes els temes i et preocupes pel seu benestar. Però el més admirable, és amb quins valors i amb quina ètica ho estàs portant a terme.
    Molts i molts petons per tots, però molt especialment per tu Yvonne.

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  5. Mati, com no he d'estar ànimada estant rodejada de gent tan maca com vosaltres. És veritat que tot i tenir mals moments (com tothom) intento ser positiva i llavors em surt un "no sé què" de dintre que em dona mes força encara. MOLTES gràcies pel teu comentari. M'ha fet molta ilu quan l'he vist.

    Lots of kisses.

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  6. Totalmente identificada! Al fin encuentro a alguien que "habla mi idioma"!! Me encanta tu página. Lo que escribes sobre unschooling, crianza, vida! Yo creo que las 3 cosas son inseparables... A pocas personas les puedo decir que soy yo la que aprende de mi propia hija, de mis "errores" y malos momentos... Por lo general, sigue imperando la idea de que los niños son los que se equivocan, no saben, provocan, están vacíos...
    Una enorme alegría encontrarte!

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  7. Encantada de conocerte Marijo... Me alegra mucho saber que hablamos el mismo idioma... Gracias por estar allí.
    Un saludo.

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