A
raíz de esta entrada que hablaba sobre la curiosidad versus el currículum,
Marvan me ha hecho unos comentarios dignos de reflexión. No obstante, me
siento con la necesidad de comentarlos.
Hace
mucho que no escribo sobre Unschooling (aprendizaje autónomo). Últimamente me
siento mucho más inspirada y motivada para escribir sobre Crianza Consciente y
Crecimiento Personal en general.
Hace
más de 3 años, cuando empecé a escribir en este blog escribía mayoritariamente
sobre Unschooling e incluso escribí este PDF ya que entonces no había
casi nada escrito sobre este tema en castellano y me sentía con la necesidad de
compartir lo que yo había aprendido de otras familias, autores anglosajones y
de nuestra propia experiencia. En inglés hay muchísimo sobre este gran tema. No
obstante, poco a poco he ido viendo que la Crianza Consciente tiene una gran
influencia en cómo se desarrollan y crecen nuestros hijos y creo que no se
pueden separar lo uno de lo otro. Para nosotros el Unschooling y la CrianzaConsciente van en el mismo pack. También he podido ver, comprobar y
vivenciar en mi propia piel, y en la de otras familias, que lo que más nos impide y obstaculiza ser las
madres que nuestros hijos necesitan y nosotras queremos ser, es nuestra propia
historia personal. Todas esas creencias e introyectos (mandatos,ordenes, valores, miedos…) que arrastramos de nuestra infancia, nuestra mente escolarizada y la forma en que fuimos criados nos pueden facilitar el
camino o dificultarlo.
Gracias
a Marvan que con sus comentarios me ha inspirado y despertado de nuevo la
necesidad de compartir mi punto de vista personal, hoy quiero y necesito hablar
sobre el por qué nos puede llegar a
costar tanto confiar en que nuestros hijos SÍ pueden llegar a aprender todo
aquello que necesiten para su futuro… sin la necesidad de estar
enseñándoles (decidiendo por ellos, hacerles aprender, memorizar o retener…)
información que supuestamente “necesitarán” saber en un futuro pero que aún no
necesitan ni les interesa.
Esto
fue lo primero que Marvan comentó:
Marvan:
…El problema viene creo también cuando el niño
no presenta curiosidad por lo que
socialmente se considera "necesario" como matemáticas y lectura.
Mientras que el niño presenta curiosidad para estas dos cosas, todo lo demás
viene como solo y una puede estar tranquila. Nadie se preocupa por un niño que no le interesa la música, o el
dibujo, o el deporte o quizás incluso la historia o ciencias. Pero cuando
no hay curiosidad por matemáticas ni lectura (uf, la combinación de las dos es
heavy) entonces al menos para mí, vienen las preocupaciones…
A lo que yo contesté:
Yvonne: Comparto lo que comentas sobre la
lectura, escritura y las mates... Con mi hija me pasó cuando cumplió los 8 y la
gente decía: "¿aún no lee ni escribe?". Tendrías que verla ahora en
el teclado (con casi 10 años), con un solo dedo… hay días que se pasa casi una
hora escribiendo sus "cuentos". También está leyendo en inglés... Lo
que no hace tanto es escribir a mano. Dice que le cuesta más y tarda más...
Ahora tenemos a Urtzi, precisamente, en esa situación que tú comentas. No muestra interés por leer ni escribir. Pero escribir y leer sólo son la herramienta para conseguir la información que necesita o le gusta. Como sabe hablar nos lo cuenta en vez de escribirlo. Como le leemos le damos la información que pide y necesita.
Cuando necesite hablar sobre papel con alguien seguro querrá escribir. De hecho estas Navidades ha escrito alguna que otra postal. Lo de leer no le interesa demasiado... Pero sé que vendrá el día en que sí querrá ponerse solito a leer como hace su hermana.
Sorprendentemente, para mí, Naikari, nuestra hija más pequeña que aún no ha cumplido los 6 (en febrero) sí muestra MUCHO interés por leer. El otro día estábamos delante de la puerta de una tienda y me hizo parar. En la puerta había una señal grande que ponía "push" y ella dijo: "aquí pone "pu" mamá y la "sh", ¿cómo se dice? Yo le hice el sonido "sh" y ella dijo: Mamá pone "push", hay que empujar... je je je. Se quedó tan contenta…
La lectro-escritura y las
mates, en mi
opinión, no son intereses en sí sino más
bien las herramientas con las que podemos saber y averiguar cosas sobre lo que
nos interesa.
Marvan: Es muy interesante este
planteamiento que haces: La
lecto-escritura y las mates son herramientas para averiguar cosas sobre lo que
nos interesa.
Estoy completamente de acuerdo.
Estoy completamente de acuerdo.
Pero esto a mí me trae "un miedo". ¿Qué puede pasar con unos intereses cuando el niño no domine suficientemente estas herramientas para llegar él solo al conocimiento que le interesa?
Yvonne: No se trata de que llegue él solo al conocimiento. Un padre o madre Unschooler no deja
al niño “solo” para que aprenda. Esa imagen es errónea. Si yo sé que a alguno
de mis hijos le interesa algún tema en concreto yo soy quien les facilita dicha información. Ya sea en forma de
documental, lectura, conversación… Si lo que necesita es escribir es porque
quiere que alguien lea lo que ha escrito, quiere comunicar algo, necesita tener,
primero, algo que decir y a alguien a quien querer decírselo. Si no lo tiene
que leer nadie, ¿para qué tener que escribirlo ahora y perder el interés por el
tema en concreto teniendo que escribir algo que aún no puede o no es su
momento? Si tuviera que recordarlo, por algún motivo, una buena forma sería
grabándose la voz. ¿Por qué es más
importante saber escribir sobre un tema y no hablar de ello? Si lo que el niño
sabe ahora y está ansioso por hacer es hablar y hablar sobre lo que le gusta e
interesa? Pues, que hable y
escuchémosle con presencia y atención. Nuestra hija Ainara tuvo una temporada
que se grababa la voz con una grabadora (yo la utilizaba en charlas y
conferencias) cuando se inventaba los cuentos. Tenía tantas ganas, ilusión e
imaginación… Por escrito hubiese sido imposible poner esa pasión. ¿Qué hubiese
sucedido con esa pasión si le hubiésemos dicho que tenía que aprender a
escribir “bien” antes de poder contar cuentos? Yo estoy convencida de que no
estaría escribiendo como hace ahora, dos años después. He visto a muchos
adultos que son casi incapaces de hablar en público o delante de personas
aunque sea sobre su tema favorito. Ahora que son niños o adolescentes lo que
más les gusta es jugar y hablar y precisamente son las dos actividades que los
adultos más imposibilitamos, a veces, a los niños. Si la naturaleza programó que su actividad principal fuera juagar,
moverse y hablar será por algo… Tenemos que fomentar eso que ya saben, quieren
y necesitan hacer y no acallarlo intentando que sepan aquello que aún no saben,
no les interesa o no necesitan.
Yo me pregunto: ¿Qué necesita saber un niño
AHORA MISMO que no sepa ya? No lo que un adulto piense que deba saber o que va
a necesitar luego. Me refiero a AHORA MISMO. Todo lo que un niño necesita ahora
ya lo sabe. Somos los adultos que pensamos y creemos, con nuestra mente
escolarizada, que deberían saber más de lo que ya saben. Lo que cada niño
necesita AHORA MISMO ya lo sabe. Parece mentira, pero si lo pensamos
detenidamente es exactamente así. Repito, lo que NECESITA ahora ya lo sabe. A
mi juicio, yo podría pensar que nuestro hijo Urtzi, de 8 años, necesitaría
saber leer por qué sino no podrá hacer no sé qué… Pero eso es mi juicio y no su realidad. El aún no necesita leer sino ya
estaría leyendo. Le interesan, le preocupan y le motivan otras cosas. Y si eso
es importante para él, también debería serlo para nosotros. Lo que Urtzi
necesita es que nosotros confiemos en él y se lo hagamos saber cada vez que
alguien le diga por ejemplo: ¿aún no sabes leer? Yo suelo responder, a veces,
por él diciendo: “aún no pero cuando esté preparado y lo necesite ya leerá”. Él
muchas veces lo dice el mismo tal y como lo decía su hermana. Él ha visto todo
el proceso en su hermana y tiene la absoluta seguridad y convicción de que
aprenderá a leer en cuanto se ponga (de hecho ya sabe descodificar y sé que si
“le forzara un poquito” podría leer fluidamente en menos de un mes). Ya empezó
a interesarse hace un año cuando vio que su hermana mayor ya sabía pero lo dejó
y de vez en cuando lee algo por la calle pero no es su momento aún. Es un niño
muy físico, muy activo, muy movido, muy hablador y su cuerpo aún necesita
moverse de tal forma que su cabeza no está preparada para las conexiones
neuronales que tiene que hacer para llegar a leer fluidamente. Y forzar esas conexiones ahora pueden tener
consecuencias a largo plazo y además no tiene ningún sentido para nosotros
sabiendo que más adelante lo aprenderá de igual modo… ¿Por qué tenemos tanta
prisa? Él está muy seguro de sí mismo, no se avergüenza cuando alguien le pide
que escriba algo o lea algo. Simplemente me pide que se lo escriba yo o le dice
a la persona que lo haga por él. Nosotros no le comparamos con otros niños ni
tan siquiera con su hermana. Él sabe que hay niños que aprenden a ir en bici a
los 3 y otros a los 9. Él es de los que aprendió a los 3. ¿Qué problema hay?
También sabe que hay niños que aprenden a leer a los 4 y otros a los 12. Quizás
él sea uno de los que aprende a los 11. Y, ¿qué problema hay? Para nosotros
ninguno. Cuando pensamos en el futuro de nuestros hijos nos olvidamos de que en
el futuro serán adultos y no niños ni adolescentes. Un niño necesita que sus padres estén presentes, que se preocupen por
él, que le ayuden a aprender en vez de querer enseñarle aquello que ellos creen
que debe saber, que no le comparen ni critiquen por no saber hacer algo “aún”,
que respeten sus intereses y necesidades, que confíen en él, que se despojen de
sus propios miedos… Si aun así un niño no aprende a leer o escribir o a
hacer no sé qué operaciones aritméticas es por qué en el fondo aún no lo
necesita ni le interesa lo suficiente. Una necesidad futura impuesta por un
padre o una madre no es una necesidad real del niño del aquí y el ahora. Y querer motivar externamenteprecisamente puede apagar la motivación intrínseca. No hay ningún
interés que no se pueda llevar hasta la máxima expresión si tenemos unos padres
presentes y dispuestos a ayudar en lo que aún no saben sus hijos. Ayudarles sería primero hacerlo por ellos
hasta que estén preparados para hacerlo por ellos mismos que no es lo mismo que
tener que hacerlo ellos “solos”. Pondría el ejemplo de cocinar. A muy pocos
padres o madres se les ocurriría que hay que enseñar a sus hijos, de 8, 9 o 10
años, sobre alimentación sana y luego a saber cocinar dichos alimentos. Yo me
pregunto: ¿Y por qué no, si comer sano y cocinar es algo que SEGURO van a
necesitar saber en un futuro? ¿Qué hacen los padres que no “enseñan” a sus
hijos a cocinar o sobre alimentación? Simplemente, compran por ellos los
alimentos sanos y se los cocinan, ¿verdad? Pues, yo os diré que a Urtzi,
nuestro hijo mediano de 8 años y a Naikari, nuestra hija de casi 6, les encanta
cocinar e ir a comprar fruta y verdura y escogerla. Saben hacerse creps, tortillas,
bocadillos, huevos duros, hervir pasta o arroz, saltear verduras y tofu… Aún no
saben leer y escribir fluidamente pero tienen mucho interés por la cocina. La
mayoría de padres ni se preocupa por este tema y piensan sin cuestionárselo ni
un momento: “Ya aprenderán cuando les haga falta o les interese”.
Me gustaría comentar algo que creo tiene mucho
que ver con las ganas de aprender a leer y escribir o hacer cálculos
aritméticos. He comprobado en mi hija mayor, y en varias niñas y niños que conocemos,
que cuando empezaron a mostrar interés por aprender esas herramientas más
académicas coincidía en cuando, también, empezaron a necesitar tener sus
momentos de quietud, soledad, e intimidad… Al entrar en la etapa pre-operativa
que diría Piaget. Urtzi, aunque ya tenga 8 cumplidos aún está en plena etapa
sensorio-motriz y su mente y su cabeza no están por la labor… Conozco a muchos
chicos, varones, que alargan esa etapa hasta casi la pubertad.
¿Qué opinaríais de un niño que con 11 años aún
no lee ni escribe fluidamente? ¿Qué opinaríais de otro niño que con 12 escribe
cuentos, lee libros de 200 páginas y tiene un blog? Pues, ¿sabéis qué? Es el
mismo niño con un año de diferencia.
Marvan: ¿Crees que sería posible
que apagara el interés?
Yvonne: Lo que, en mi opinión, apaga el interés no es el hecho de que
no sepan leer o escribir sobre los temas que les apasionen ya que pueden hablar
de ellos, les podemos leer, pueden ver documentales, hablar con expertos,
visitar lugares… Si necesitan calcular algo hay calculadoras que operan por
nosotros. Ya nadie opera a mano. Lo que sí apaga el interés es que les hagamos
aprender a leer, escribir y calcular para saber más sobre los temas que les
gustan. Si les gusta algo de verdad, si es su pasión todo lo demás viene como
consecuencia. Querer aprender o saber más de algo es el efecto secundario de
estar interesado y apasionado. Lo
difícil de verdad es conseguir que nuestros hijos se apasionen por algo de
verdad. Que tengan pasión por las cosas, o por una sola en concreto, es lo que debería preocuparnos. Hay muchos
niños que saben leer y escribir a la perfección y operar manualmente y no les
apasiona ni les motiva casi nada. Mantener
la motivación, interés y pasión por algo es el verdadero reto. Que aprendan
a leer y escribir y mates es lo fácil. TODOS lo aprenden más tarde o más
temprano. Que muestren verdadero interés
por algo no es algo que podamos enseñar pero si es algo que podemos impedir.
Marvan: ¿Sería posible que un niño, y de paso llegando a adulto piense: me interesa
esto, pero el esfuerzo para calcular o leer para saberlo es tan grande, que da
igual.... mejor dejarlo?
Yvonne: No conozco a ningún adulto,
personalmente hablando, que no sepa leer, escribir y hacer cálculos básicos. No
es posible en esta sociedad llena de libros, tecnología, ordenadores, padres y
madres que leen a sus hijos, que escriben… en donde un niño no aprendiera a
leer y escribir cuando esté preparado, motivado e interesado para ello, solo o
con la ayuda de sus padres, hermanos, amigos…. Quizás no sea cuando su madre o
padre lo quieran pero seguro aprende. Y cuanto más mayores son, por norma
general, más rápido es el proceso que requiere de dichas conexiones neuronales.
Y menos esfuerzo requiere por su parte. De hecho, cuando a un niño le cuesta mucho aprender o tiene dificultad es porque
aún no está preparado neurológicamente. No conozco a ninguna familia
Unschooler con niños adolescentes que no tengan esas habilidades. Todos
aprenden a leer y a escribir y a calcular, todos. ¿Conoces a alguno que no? Quizás
no sea a la edad que tu creas necesaria, pero todos aprenden. En cambio sí
conozco a muchos niños que han perdido el interés por aprender y no saben que
les gusta realmente. En España aún estamos en la primera generación de niños
educados sin cole. En los países anglosajones ya hay 2 y casi 3 generaciones.
Marvan: Es el miedo que yo tengo lo que me retiene de "confiar del todo". Es un poco lo que explicaba en este post. ¿Sería posible perder oportunidades si no se entrenan en según qué niños estas herramientas?
Yvonne: Tener miedo es legítimo y hasta me
atrevería a decir normal por nuestra trayectoria personal. Estamos, casi todos,
escolarizados hasta en el ADN y más aún personas como tú y como yo que hemos
sido profesoras además de alumnas y en tu caso, sino me equivoco, sigues
ejerciendo. Lo honesto y sincero, en mi
opinión, sería explicarles a nuestros hijos dichos miedos y no proyectar algo
nuestro en ellos diciendo, pensando y creyendo que si no les “enseño” tal o cual
ahora no lo va a saber luego. Eso les demuestra una gran falta de confianza
por nuestra parte en su potencial, capacidad y poder de decisión. John
Holt decía algo así: “¿Qué sentido tiene forzar a un niño a aprender aquello
que tarde o temprano va a aprender por si solo con ganas e interés?” Y yo
añadiría: “si dicho aprendizaje “forzado” quizás, y en mi opinión muy
probablemente, le apague la motivación intrínseca, curiosidad e interés real
del momento”. Cuando algo nos apasiona
de verdad vamos entrando poco a poco en dicho mundo y poco a poco vamos
aprendiendo más y más, como efecto secundario, todo aquello que va asociado a
dicho interés. Si un niño tiene que dejar de lado un interés porque
primero, según su madre, tienen que aprender unas herramientas, es probable que
cuando tenga las herramientas haya perdido el interés original y esté
desmotivado. Es miedo, Marvan, simplemente miedo. Quien ha hecho la prueba de soltar y confiar ya no vuelve atrás sino
que necesita compartir eso mágico que sucede. Soltar y confiar no es dejar
al niño solo. Es estar presente e ir satisfaciendo las necesidades a
medida que vaya surgiendo ni más ni menos. Sin pensar en el futuro. Hay que estar
presente sino se nos puede pasar por alto lo verdaderamente importante. Y lo importante no es lo que nosotras
pensamos que necesita saber sino lo que ya sabe o lo que realmente le importa, gusta
o interesa…
Esto
es de su blog:
Marvan: Hay teorías
que dicen que "ya llegará", "ya lo aprenderá cuando lo
necesite". Pero yo no me quedo del todo tranquila con esta teoría. Yo voy
viendo que pasa el tiempo y "no
llega".
Yvonne: Marvan, querida, ¿qué es lo que “no llega”?
Según tú, ¿a qué edad tienen que venir? ¿En qué orden tiene que pasar? Quizás no
has esperado o confiado lo suficiente. Esperar y confiar no es estar pensando o
diciendo: “Ves, si ya lo digo yo, otro mes u otro año y aún no ha hecho esto o
lo otro ni sabe esto o lo otro.” No se trata de teorías ni métodos sino de
tiempo, confianza y verdadero interés. Es
el interés, la pasión y las ganas de saber más lo que debería preocuparnos. Eso,
repito, no se puede enseñar. Pero si se puede lastimar.
Tenemos que dejar de querer ver lo que aún no
saben y fijarnos en lo que SÍ saben, en lo que SÍ les gusta, les interesa, les
apasiona… El problema igual no está en
leer y escribir o en las mates sino en el verdadero interés, en la verdadera
motivación o la verdadera curiosidad. Quizás se quedó en el camino mientras
estaba aprendiendo no sé qué debía de saber para no perder el interés en no sé
qué otro. Y aprendiendo las herramientas necesarias para eso se perdió lo
mejor e importante: AQUELLO EN LO QUE REALMENTE ESTABA INTERESADO. Eso dejó de
ser interesante e importante al tener que aprender tantas herramientas que aún
no necesitada. Hoy tiene las
herramientas pero ya no tiene en que desea usarlas.
En mi opinión, lo hacemos al revés, primero les damos las herramientas y luego les
decimos para qué sirven. Así no es cómo aprendemos de verdad.
Aprender, ir a buscar, pedir
las herramientas necesarias es el efecto secundario de llevar a cabo mi pasión
o de indagar en aquello que me gusta o interesa.
Marvan: ¿No debería de darle las herramientas para poder
llegar adónde él quiere? ¿No debería
de insistir en mejorar su lectura para que no se asuste al ver dos páginas de
instrucciones?
Yvonne: ¿Por qué se iba a asustar al ver dos
páginas? Si lo que hay en ellas es de su interés por que iba a asustarse. En mi
opinión, un niño se “asusta” al ver dos páginas para leer cuando se le ha hecho
leer sin ganas y sin interés. Y al ver esas dos páginas, piensa: “Qué rollo,
qué largo…” Pero si es sobre algo que le gusta y quiere saber cómo funciona es
imposible que se asuste. Asustarse por
ver dos hojas de palabras para leer es un síntoma de que la lectura ha sido
algo aburrido, pesado u obligado anteriormente. Y si tiene un manual de
instrucciones delante es porque tiene la maquina u objeto que le gusta o
interesa. Nadie dejaría de leer dos
páginas sobre algo que le gusta o interesa. Al contrario, yo, hay veces,
que cuando acabo un libro me sabe mal porque quería más… me gustaba, me
interesaba… Y, ¿sabes qué hago? Pues, leer otro libro del mismo autor para
seguir aprendiendo y poder saber más sobre lo que me apasiona. Y sabes, ¿por
qué ese autor sigue escribiendo? Porque aún tiene mucho por decir y compartir y
sabe que hay gente interesada en eso que a él, también, le apasiona. Y si se
asustará porque anteriormente aprendió que leer es aburrido y pesado aún estás
tú para poder leérselas y de este modo puede seguir su interés hasta que se
recupere del “susto” y quizás poco a poco dejan de asustarle las hojas con
letras si ve que ya no “tiene que” leerlas sino quiere. Leyéndole tú (aunque él
sepa y sea mayor) fomentas su interés sin tener que desviarlo en la lectura a
la vez que mejoras la conexión emocional con tu hijo al ver que te
importa lo que le interesa y le importa a él.
Marvan: ¿No
debería de insistir en agilidad de
cálculo para que no se atasque con sumas y restas fáciles y que le salga
mal el cálculo y lo deja porque se equivocó y se frustra? ¿No debería de insistir en que tome notas y escriba para
que después pueda volver a leer lo
que escribió o apuntó para poder seguir
con su proyecto el día siguiente?
Yvonne: Hoy en día hay calculadoras y grabadoras.
No hace falta frustrarse con cálculos. En mi opinión, insistir provoca el
efecto contrario al deseado. Ni motiva ni ayuda. Más bien crea desconexión
entre madre e hijo y hace que el niño o adolescente sienta que hay algo en él
que no debería ser así o que no se le acepta tal y como ya es… Puede pensar que si su madre insiste en que
aprenda esto o aquello es que eso es lo importante y lo que se espera de él y
al no cumplir la expectativa no es digno de su aprobación o aceptación… Ya
sé que esa no es nuestra intención, sino todo lo contrario, pero el niño sí
puede llegar a “traducir” eso y puede llegar a lastimar su auto-estima a largo
plazo. Y puede, incluso, más adelante convertirse en un adolescente o adulto
que aún no sabe qué quiere en realidad y que necesite que los demás le vayan diciendo
qué es lo mejor para él y lo que debería estar haciendo… Queremos
que aprenda algo hoy porque pensamos que lo va a necesitar en un futuro y no
nos damos cuenta que queriendo que aprenda lo que aún no puede, no le interesa
ni necesita le estamos quitando algo muy necesario en un futuro: la confianza
en sí mismo, el poder de decisión, la seguridad… Precisamente lo que quiero
evitar. Y como su interés disminuye pienso que es porque necesita que se le
motive más externamente y cuanto más le intento motivar y más le exijo menos
ganas tiene de todo… Y cuantas menos ganas tiene más pienso que tengo que hacer
algo yo… Y se trata precisamente de todo lo contrario. Salirnos un poco, no del
todo, de su camino. Se crea un círculo vicioso. A más presión menos interés, a menos interés más motivación externa se
necesita, a más motivación externa menos motivación intrínseca, a menos
motivación intrínseca menos conexión con mi ser real, a menos conexión más
difícil saber qué quiero, qué me gusta, qué necesito… En definitiva: ¿Quién
soy? No lo sé. Lo único que podemos hacer es ayudarles a llegar a ser quienes han
venido a ser y eso SÓLO lo saben ellos. ¿A
caso si nuestros hijos nos preguntarán un día: “Quién soy” les podríamos
contestar? Por supuesto que no! Son ellos quienes tienen que llegar allí…
Marvan: Para mí es como tener un
niño muy ágil, capaz de subir hasta lo más alto del árbol, pero no encuentra la cuerda, ni sabe hacer
un nudo para colgar la cuerda en la primera rama y poder subirse a esta primera
rama del árbol. Me podría esperar hasta
que él mismo encuentre la cuerda y aprenda
a hacer los nudos, pero probablemente cuando la encuentre y sepa hacer los
nudos ya no es tan ágil y ya no puede subirse hasta la punta.
Yvonne: No se trata de no darle la cuerda ni de no
decirle que nosotros sí sabemos hacer los nudos. Precisamente de lo que se
trata es de mostrarle la cuerda y de ofrecernos para enseñarle a hacer los
nudos si ya está preparado para subir hasta la cima. Siempre le podemos decir
donde está la cuerda para cuando esté preparado y la necesite. Y que puede
contar con nuestra ayuda para que le enseñemos a hacer los nudos cuando
realmente lo quiera o necesite. No se trata de que nosotros sepamos donde está
la cuerda y no se lo digamos ni de que no le ofrezcamos nuestra ayuda con los
nudos. Se trata de que tenga la seguridad y confianza suficientes de que cuando
la necesite y esté preparado la podrá utilizar y nosotros estaremos allí para
ayudarle y apoyarle sea hoy, mañana, el mes que viene o, incluso, el año que
viene. Lo importante es que siga
queriendo subir a la cima, hoy, mañana, el mes que viene y el año que viene y el
otro y el otro… y que no se asuste con la altura antes de que esté
preparado.
Marvan: Así que yo he decidido darle la cuerda y enseñarle a hacer nudos,
por mucho que le duele a veces en los dedos.
Yvonne: ¿Y si se asusta con tanta altura al estar
atado de una simple cuerda? Y si ya no quiere volver a probarlo por haberlo
hecho antes de estar preparado. Y si
pierde TODO el interés por algo que realmente le gusta y podía llegar a
apasionarle?
Marvan: De momento necesito que se motive para conseguir
hacer aquel nudo que le lleve a la primera rama, las habilidades básicas de
lectura, escritura, ciencias básicas, matemáticas, lengua extranjera....
Yvonne: Si le tienes que motivar para que
simplemente empiece a escalar es que la escalada no es para él. ¿Por qué tendrías
que forzarle a escalar tú, si es lo que él quiere, le gusta y le interesa? Si
su ilusión es llegar a la cima, debería alegrarse por ver la cuerda y tendría
ganas de saber cómo se hacen los nudos, ¿no crees? Si no le interesa la cuerda
ni como se hacen los nudos quizás la escalada no es lo suyo o quizás necesite
más tiempo…
Marvan: Yo he visto niños
literalmente aprender a leer solos, o aprender tal o tal cosa solo. Lo he visto
en mis propios hijos también que han aprendido muchas cosas solos sin que nadie les enseñe.
Yvonne: Repito, no se trata de no enseñarles sino de no forzarles a aprender lo que
nosotros consideramos necesarios sino que sean ellos los que vayan marcando el
ritmo y el momento adecuados. Claro, que hay que enseñarles si nos piden algo
en concreto. Hay niños Unschoolers que quieren aprender a tocar un instrumento
musical, por poner un ejemplo, y sus padres les buscan un profesor atento,
cariñoso y respetuoso pero dicho profesor le enseña porque el niño así lo desea
y el día que deje de gustarle o interesarle, cosa que puede ocurrir, dejaría de
recibir dichas clases. Y a por otra cosa. Hay niños que prueban 3 o 4
instrumentos hasta dar con el que les gusta. Y hay que con 4 años ya saben
claramente cuál les apasiona. Y hay quienes prueban varios instrumentos y
finalmente no se quedan con ninguno. Y todo está bien.
Marvan: Pero por otro lado creo que
en el mundo en el que vivimos y si quiero abrirles puertas de su futuro, hay
algunas bases que tienen que saber, les
interese o no, les guste o no.
Yvonne:
Primero que todo, ¿cuáles son esas bases? Para mí, como he dicho antes, la
nutrición sana podría ser una de esas bases. Seguro que si ponemos a 10 madres
juntas las bases necesarias de cada una serían distintas. En que te basas, ¿en
el currículo escolar? Los niños sólo son niños mientras lo son y no son muchos
años los que pueden serlo. Si parte de esos años de niños se los pasan
preparándose para cuando dejen de serlo no tiene mucho sentido. Los niños
tienen que y deben, en mi opinión, hacer cosas de niños no de adolescentes. Y los adolescentes deben ser adolescentes
cuando lo son, ni antes ni después. Si se pasan la adolescencia preparándose
para cuando sean adultos entonces tampoco serán adolescentes los únicos años de
su vida que puedan serlo.
Qué
paradoja, la niñez es la etapa más corta
de la vida de un ser humano y muchos adultos se la pasan intentando que los
niños no se comporten como tales… Un niño juega y jugaría todo el día si
así se lo permitiésemos. Si instintivamente la actividad que un niño escoge
espontáneamente, si se le da la libertad, es el juego libre, ¿por qué nos
empeñamos en que debería estar haciendo otras cosas? La naturaleza es sabía. Si el niño juega y quiere y necesita jugar
horas y horas es porque así es el diseño original. ¿Por qué cambiarlo? ¿Qué
necesidad hay? Sólo nos traerá consecuencias negativas por el mero hecho de
no haber satisfecho dicha necesidad básica. Cuando esa necesidad ya esté
satisfecha estarán preparados para la siguiente. Un ejemplo, Ainara ya no
necesita mover su cuerpo tanto. Está en plena fase pre-operativa. Cuando vamos
a algún lugar para que jueguen libremente y salten y corran, Ainara viene y
habla conmigo, lee un rato, se pone a dibujar, cose…
¿Qué
pasa en la adolescencia si no se ha podido ser un niño ni se ha podido hacer lo
que hacen los niños? Muchas cosas pasan pero seguimos interesados en
prepararlos para lo que vendrá y siguen sin poder ser adolescentes y hacer lo
que los adolescentes harían si se lo permitiésemos. La adolescencia es la etapa
en la vida en donde uno se hace a sí mismo. Es como un renacer. Salen al mundo
solos. Ya no dependen de papá y mamá. Se empiezan a conocer. Empiezan a ver a
sus padres totalmente separados de lo que ellos son… Dejan de estar fusionados.
Lo que más desean en este mundo es
pensar y hablar sobre lo que han estado pensando. Los adultos lo llamamos
“no hacer nada” o “perder el tiempo”. Nadie
puede conectar consigo mismo sino pasa cierto tiempo consigo mismo. La
adolescencia es la etapa de las dudas, de investigar, de probar, de inventar,
de descubrir, de cuestionar… pero si se la pasan preparándose para cuando
ya no sean adolescentes, ¿cuándo van a serlo? Hemos conocido a muchos
adolescentes interesados en todo tipo de cosas en donde las herramientas
necesarias no han sido ningún problema: La escultura, el dibujo, escribir, la
música, bailar, nadar, acrobacias, malabares, la cocina, la jardinería, el
tennis, ballet, fotografía, montar su propio negocio, coser, informática,
programación, ajedrez… la lista es interminable. Y de una afición han ido a
otra y de otra a otra más académica y luego una más artística… En mi opinión,
no deberíamos sentar a nuestros hijos adolescentes y preguntarles ¿qué quieres
ser de mayor? Ellos ya SON quienes han venido a ser. Tiene que ser muy frustrante, por lo menos para mí lo fue, que te
pregunten con tan siquiera 14-15-16 años, ¿Qué quieres ser? Es que acaso no
soy nadie, podrían pensar. Y si nos respondieran yo quiero ser madre, como lo
hizo una ex-alumna mía. O simplemente quiero ser yo misma y feliz. A esta edad
uno no puede saber de ninguna manera qué quiere ser de mayor. Lo único que
pueden saber es ¿Qué te gusta AHORA? ¿Qué te gustaría hacer hoy, mañana, la
semana que viene, el mes que viene… y poco más. Esa es la pura y dura verdad,
eso es todo lo que muchos adolescentes saben ahora de sí mismos pero nosotros
los adultos, cuya gran mayoría aún no sabemos exactamente que queremos ser de
mayores, les presionamos para que tomen una de las decisiones más importantes
de su vida a la edad de 14-15 años? Y lo peor de todo es que la respuesta debe
de satisfacernos y coincidir con el nombre de no sé qué carrera universitaria o
título académico.
Os recomiendo estos PDFs que ha escrito-hecho Marvan sobre cómo hacer mates con regletas y cómo usar las piezas de lego en mates. También tiene este en donde nos cuenta cómo utilizan las "educajas" en su casa. Nosotros los tenemos y la verdad es que hay ideas muy buenas. Gracias Marvan.
NOTA: Marvan, muchas gracias por inspirarme y espero no haber sido demasiado sincera con lo que pienso y siento. Ya sabes que te valoro y aprecio mucho pero seguimos teniendo puntos de vista distintos. Ni mejores ni peores. Un beso para tus queridos hijos de nuestra parte.
Gracias por utilizarme de inspiración jejeje. Me encanta el escrito, pero claro, hay algunas cosas que yo veo diferente. Además también hay un apartado donde creo que me expliqué mal (no quería decir que pueda haber gente que no aprenda a leer y escribir) pero bueno, ya lo aclararé. Igual que tú no podré dejar de aclarar algunos puntos jejeje. Pero ahora voy super liada y quiero expresarme bien para no crear más malentendidos. Cuando encuentre un hueco escribiré algunas cosas ;).
ResponderEliminarY de disgustada nada jejeje. Je suis Charlie. Cada uno es libre de expresar lo que quiere. ¡Faltaría más! Y lo que no me hubiera gustado hubiera sido si no hubieras sido sincera. Hay cosas con las que no estoy de acuerdo, pero no pasa nada. Ya intentaré explicarme mejor. Ya sé que no te convenceré jajaja, pero bueno, al menos también me quedaré con el gusto de decir lo que pienso.
Un abrazo muy grande y un beso de vuelta para los niños.
Gracias por tu comentario, bonita. Estamos en contacto!!!!!!!!!!!!!!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar(Perdón, eliminé el mensaje anterior porque lo escribí de pasada y cuando lo leí la idea no estaba clara, hasta palabras me comí jeje.. va de nuevo ya corregido:)
ResponderEliminarQué interesante post!!!!!
Muy interesante lo que ambas plantean.
A mí me resulta muy difícil (cada vez más) hablar de educación sin escuela como una generalidad. Hablar de una modalidad (US, HS) como una generalidad.
Cada nene tiene características únicas. Hay nenes que se sienten súper cómodos con la estructura (llámese clases programadas), y otros que la detestan. Lo importante es lo que vos decís Yvonne: partir de un genuino interés del nene por aprender algo. Y a partir de esta base, cada nene necesitará maneras diferentes para lograrlo.
Siempre pongo el ejemplo de las clases tomadas fuera de casa. Si un nene va a una clase de violín, por más divino que sea el profe, sus clases siguen una estructura progresiva de ciertos contenidos, que nada tienen de diferente con el estudio de cualquier otra área. Sea el nene US o HS o escolarizado, recibirá la misma clase. Deberá cumplir días y horas. Deberá empezar por la clase 1, aunque tenga genuino interés en la clase 10.
Aquí la diferencia con la clase obligada, "porque toca", es que el nene desea aprender eso, y para lograrlo cede el tener que respetar días y horarios y participar de una clase ya programada. Y doy fe de que en determinados nenes, la estructura, lejos de limitarlos, los ayuda a lograr sus objetivos.
Por otro lado, hay otros nenes que, aunque les fascine un instrumento, no se adaptan a una estructura. Mi hija Zyani es un claro ejemplo de eso, probé con diferentes profes hasta que decidí hacerme cargo yo misma de su aprendizaje del piano, con excelente resultados.
También las edades juegan un papel importante en esta cuestión de un curso estructurado de algo o no. Un nene que está en la etapa operacional, y más aún en la etapa formal, tiene una mente madura como para poder ver más allá de esa clase que está tomando; la mente puede situarse en el objetivo final y esa es suficiente motivación como para aguantarse algún día de clase que no le resulta demasiado atractivo. Gaia por ejemplo está acreditando su primaria, algunos temas no le gustan para nada! pero yo veo en ella cómo tiene muy claro que quiere ese famoso papelito para seguir estudiando, y esa es suficiente motivación como para estudiar para los exámenes.
Y por último, me gustaría comentarles que muchas veces, si observamos a 2 niños, unos US y otro HS, podemos ver exactamente la misma imagen. No hay diferencias aparentes. La verdadera diferencia es invisible a los ojos. Se trata del motivo que llevó a ese nene a estar ahí sentado, aprendiendo. Lo demás es cuestión de formas, nada más.
Sigo con atención el debate!! Un besazo a las dos, preciosas!
Segunda cuestión que olvidé mencionar arriba: además de sus intereses particulares, yo sí tengo 3 o 4 puntos básicos que decidí enseñarles sí o sí, me lo pidieran o no. Como dice Yvonne, cada familia elegirá cosas diferentes, yo elegí educación financiera (y por tanto ciertos contenidos de mates), alimentación, conciencia ecológica, expresión escrita y lectura, e inglés.
ResponderEliminarYo no sé cómo será en otras casas HS, pero en casa jamás se obligó a hacer algo! tal vez dependa de las características de los chicos, por ejemplo mis hijas son súper entusiastas, exageradamente entusiastas y proactivas, tal vez eso influya en que cuando uno propone, ellas se suman enseguida. Y también es la sensatez de no proponer cosas para las que no están preparadas ni maduras.
También es importante decirles que el hecho de que éstas sean mis bases, no significa que se estudien en una edad determinada (de hecho con algunas, recién estamos empezando ahora con la mayor). Pero sí sé que quiero que ellas desarrollen estos aspectos antes de seguir sus estudios en otro lado (sea conservatorio, taller, universidad).
Creo que ahora sí listo =P
Wow, Laura... como me gustó tu aportación. Gracias por comentar. Quiero rescatar especialmente una cosita:
ResponderEliminarTu dices: "Y por último, me gustaría comentarles que muchas veces, si observamos a 2 niños, unos US y otro HS, podemos ver exactamente la misma imagen. No hay diferencias aparentes. La verdadera diferencia es invisible a los ojos. Se trata del motivo que llevó a ese nene a estar ahí sentado, aprendiendo. Lo demás es cuestión de formas, nada más".
Me encantó y lo comparto. En algún artículo, hace ya tiempo, escribí algo precisamente sobre esto... era sobre el hecho de hacer algo "académico". Como si los US no se sentarán nunca con un boli en mano y un cuaderno. Lo que yo comentaba era precisamente, lo que tu dices Laura, qué les llevó allí?: su interés y motivación o que mamá o papá me haga hacerlo??? Ahí radica todo en nuestro punto de vista. Si mamá propone y el hijo le parece bien y encima le gusta y aprende pues fantástico. Y la relación entre ambos se fortalece... pero si el niño lo tiene que hacer sí o sí es donde a mi me hacer pensar en las consecuencias de dicha obediencia... y la relación se lástima! Para nosotros la relación es lo más importante y luego viene todo lo demás...
Lo que comentas sobre lo que para ti es importante que tus hijas sepan... parece que lo que les propones les gusta, verdad? Nosotros en casa tenemos un principio "proponer pero nunca imponer". Sinceramente, yo también propongo actividades, salidas, lecturas, documentales, juegos... Lo hago con mi pareja, con amigos... si sé que a alguien le puede gustar algo o interesar se lo comento y lo comparto... igual con los niños. La verdad es que las nenas se mueven muy bien por sus intereses y necesidades, en cambio Urtzi "necesita algo de "ayuda" para poder conectar con sus necesidades y intereses a veces... hay veces que parece que se aburre y cuando su hermana mayor le sugiere hacer algo juntos y yo me ofrezco para hacer algo con él, él está más a gusto. No obstante, él sabe perfectamente qué le gusta y que no, qué le interesa y qué no... Simplemente necesita un "empujoncito"... Él me ha ayudado y enseñado a ver más allá en muchos aspectos.
Tengo 3 hijos/as y te puedo asegurar que cada uno es autentico/a y aprendo mucho de ellos...
Un beso bonita.
Pues sí Laura, creo también que has dado en el clavo con el tema del motivo al que llevó al nene al estar sentado.
EliminarEs LA clave.
Por esto justamente cuesta en niños que por iniciativa propia se ponen a leer o escribir, entonces diríamos que el unschooling es "muy fácil". El problema para mi está cuando justamente encuentras un niño (y los hay, sobre todo varones, que tengo dos jajajaja) que no tienen esta motivación natural y desde si mismo por la lectura y escritura..... ¿entonces qué? ¿Hasta qué punto esperar y hasta qué punto empujar aquel poquito? Esta claro que en ningun caso estamos hablando de obligar al niño a estar horas sentado si no quiere.
Bueno, este fin de semana me he lanzado a la escritura ya misma jajaja. Iré publicando mis "pensamientos".
Hoy va la primera.
Igual que tú Yvonne, espero que aceptes mi sinceridad.
Un beso a todos!!!
ups, escribí algo mal,
Eliminarquería decir:
Por esto justamente cuesta en niños que por iniciativa propia NO se ponen a leer o escribir y en los niños que por iniciativa propia sí que ponen a leer o escribir el unschooling es "fácil" porque todo fluye solo de allí. Un niño que lee aprende, un niño que escribe aprende, es inevitable.
Ya la leí y estoy pendiente de las siguientes.
EliminarUn beso.