Ellos son mi motor. Gracias Ainara, Urtzi y Naikari por haberme escogido. |
El hecho de no querer ser autoritarios con nuestros hijos ni
querer dirigirlos académicamente ha hecho que, tanto mi pareja como yo, nos
planteásemos y nos cuestionásemos muchas más cosas sobre la forma, que tenemos
algunos adultos, de relacionarnos con los niños y demás personas.
Nos hemos dado cuenta de que los niños sólo
pueden llegar a ser ellos mismos en la medida que se sientan queridos, valorados, respetados,
tenidos en cuenta, importantes... Necesitan de cierta seguridad psicológica para sacar lo mejor que hay en ellos.
Al querer respetar sus necesidades nos hemos dado cuenta de
la importancia de respetar las nuestras y las de los demás adultos. Al querer
hablarles sin gritos ni sin amenazas hemos visto que entre los adultos también
es necesario relacionarnos con respeto y amor. Cuando hemos querido dejar de
juzgarlos o criticarlos hemos visto la importancia y la necesidad de dejar de
juzgar y criticar a las demás persones que no son como nosotros. Al validar sus sentimientos y emociones hemos visto la importancia de validar a las
demás persones cuando no actúan o son como a nosotros nos gustaría que fuesen.
Al no castigarles, premiarles ni sobornarles hemos visto otra forma más amorosa
y pacífica de relacionarnos entre los adultos, también. Cuando les hablamos de nuestras necesidades en vez de exigirles obediencia vemos y reconocemos como
nos hemos estado relacionando con nuestros familiares y amigos de forma
agresiva.
Querer ser “buena” madre (la madre que cada uno de mis 3 hijos
necesita que sea) ha hecho que sea mejor esposa, mejor compañera, mejor
amiga... en definitiva... soy mejor persona gracias a nuestros 3 tesoros. Ellos
han hecho que yo quiera y necesite
crecer y aprender y desaprender cada día de mi vida junto a ellos. Al querer lo
mejor para ellos cuestioné y cambié muchas creencias viejas que ya no me sirven
y este cambio personal hizo y sigue haciendo que las demás personas de mí
alrededor también se beneficien de ello.
No puedo ser respetuosa con ellos y no serlo con mi pareja o mis
amigos o familiares. No puedo dejar de juzgarlos y estar juzgando al vecino. No
puedo darles libertad y exigir coses a los demás. No sé validarles y no
entender o empatizar con los demás...
La primera vez que vi la película “Mejor Imposible” de Jack Nicholson (As Good As It Gets, en inglés), hace unos 12 años (aún no era
madre), me encantó el trozo de la conversación que Jack tiene con Helen Hunt en
donde ella le pide que le diga algo bonito y después de pensárselo un poco Jack
le dice: “Tú haces que yo quiera ser mejor persona”. Esa frase me llegó muy
adentro en ese momento y pensé que eso era lo más bonito que alguien te puede
decir. Bien, pues... Nuestros hijos han hecho que tanto mi pareja como yo
queramos ser mejores padres y en definitiva nos ha hecho, también, ser mejores
persones.
No ha sido solamente el hecho de ser padres lo que nos ha hecho
darnos cuenta de que podíamos mejorar como personas sino el querer criarlos de
una forma más consciente. La Crianza Consciente ha hecho que nos
cuestionemos muchas de las actitudes que se suelen tener con los niños y que socialmente
están aceptadas. Alguien dijo una vez (no recuerdo quien) que si un gran grupo
de personas hace algo “mal”, equivocado, erróneo... por un periodo de tiempo lo
suficientemente largo eso dejaba de verse así y se convertía en lo normal o lo
correcto. Viene a decir que si MUCHAS personas hacen algo equivocadamente durante
MUCHO tiempo eso se vuelve cotidiano y por tanto es aceptado por la mayoría sin
ser cuestionado. Como por ejemplo, gritarles, amenazarles, castigarles, sobornarles, criticarles, obligarles a aprender algo que ni tan siquiera les interesa ni entienden todavía.
Yo digo y defiendo que NO tiene por qué seguir siendo así. Otra
forma de relacionarnos con los niños no sólo SÍ es posible sino que es
urgentemente necesaria.
El Unschooling nos ha hecho
ver que cuando a un niño se le permite ser él mismo en un entorno cálido,
seguro y rico el aprendizaje surge espontáneamente. No se puede no aprender.
Los niños aprenden de todo en todo momento y sin la necesidad de motivarles externamente.
Gracias a la Crianza Consciente y al Unschooling nuestros hijos
pueden ser las persones que han venido a ser, libres de expectativas, juicios y
críticas por parte nuestra.
Gracias a la Crianza Consciente y al Unschooling yo he tenido la
oportunidad de sanar viejas heridas de mi infancia al poder darles a mis hijos
algo muy distinto de lo que yo recibí. He podido desescolarizarme tanto física
como mentalmente y eso me ha ayudado a ver mejor a las personas por lo que son
y no por lo que hacen o tienen.
Os invito a navegar por la Crianza Consciente y el Unschooling
conmigo y con todas las demás familias que estamos en este maravilloso y
recuperado camino. Gracias por leer esto y estar aquí. Hay niños que te
necesitan no lo olvides. Sé tú el cambio que este mundo necesita. Seamos todos
el mejor modelo para la próxima generación y rompamos las cadenas del pasado.
Que grandes palabras Yvonne.
ResponderEliminarMe alegro de que junto a tu familia hayas podido convertirte en mejor persona, ojalá los demás también lo consigamos. Y ojalá desterremos poco a poco todas esas prácticas habituales pero no por ello buenas.
Besos
Hola, Puri, bonita!!!!!!!!!!! que bonito y necesario sería poder volver a conectar con nuestra verdadera esencia perdida y no volver a perderla. En nuestras manos está el que no repitamos esos viejos patrones.
EliminarUn beso.
Gracias Yvonne por compartir, este artículo tuyo me gusta especialmente.
ResponderEliminarGracias Raquel por comentar. Me alegra saber que te gusta lo que comparto.
ResponderEliminarUn beso.